Entra un tío en un banco, encapuchado con una media en la cabeza, y con una metralleta del calibre 14. Pega un hostión a la puerta y empieza a gritar desesperao:
- ¡Me cago en la puta, todo el mundo al suelo, esto es un atraco!
- Ra-ta-ta-ta-ta-ta-ta-ta-ta-tá
- ¡A ver, quiero toda la pasta de la caja ahora mismo, cagondiós!
- Ra-ta-ta-ta-tá.
- Que no se mueva nadie o no respondo, hostia puta, venga ese dinero! Tú, cajera de mierda, dame toda la pasta! ¡Ahora!
- Ra-ta-ta-ta-ta-ta-tá.
- Oiga..., que... es que... esto no es... no es lo que usted cree...
- ¡No me vengas con gilipolleces! ¡Hostia!, ¿qué dices?, ¿qué pasa?
- Es que... esto... esto no es un banco como los demás...
- ¡Qué coño quiere decir que no es un banco como los demás! No me jodas, cagonlaputa, venga esa pasta, de una vez!
- Ra-ta-ta-ta-ta-ta-ta-ta-tá.
- No puede ser... (glups)..., aquí no... aquí es que no hay dinero... Esto es un banco de semen...
- ¡Pero qué coño! ¡Me cagonlarreputa!
- Ra-ta-ta-ta-ta-ta-ta-ta-tá.
- ¿Pues no m'ha jodío la tía...? A ver, ¿y qué leches tenéis en esos cajones?
- Son... muestras de semen.
- ¿Ah, sí?, Pues ahora te vas a beber una, cagonlaputayá.
- Pero...
- ¡Que te bebas una ahora mismo, hostia!
- Ra-ta-ta-ta-ta-ta-ta-ta-tá.
- ¡No me pongas nervioso y obedece!
- Ra-ta-ta-ta-ta-tá.
- ¿A qué esperas? ¡Bébetela ya de una puta vez!
- ¿Lo ves, Bea, cariño, como si quieres, puedes?
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