Vuelo 647 de Iberia; todo el pasaje instalado en su asientos y esperando la llegada de los pilotos para el despegue.
En ese momento, dos hombres entran en el aviòn, con uniforme de piloto. Llevan gafas negras, uno de ellos sujeta por la correa un perro lazarillo y el otro con un bastòn plegable en la mano.
Entran en la cabina del piloto y cierran la puerta.
Algunos pasajeros se ríen nerviosamente y todos se miran con una expresión entre sorpresa, miedo y escepticismo. Unos minutos mas tarde se encienden los motores y el avión empieza a tomar velocidad en pista; el avión cada vez va mas deprisa y parece no despegar nunca.
Los pasajeros miran por las ventanillas y se dan cuenta que el avión se dirige directamente hacia el lago que se encuentra al final de la pista. El avión va ahora muy rápido sobre la pista, cada vez mas cerca del lago, y varios viajeros empiezan a pensar que nunca despegarán y que el avión va a acabar en el lago.
Los gritos de los pasajeros asustados llenan entonces el avión, pero justo en este momento, el avión despega lentamente, sin ningún problema.
Los pasajeros empiezan a recuperar la calma, se ríen sintiéndose estúpidos por haberse asustado tanto. En unos minutos, el incidente está olvidado.
En la cabina, el piloto toca el panel y conecta el piloto automàtico diciéndole al copiloto:
Un día de estos, estos hijos de puta van a gritar tan tarde que nos vamos a matar todos...
lunes, 17 de abril de 2006
Si es que van ciegos
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