Cuando estaba en la Facultad tenía un amigo ecuatoguineano, Teófilo Nguema, que trabajaba de negro literario. Teófilo era un hombre un poco tristón, que siempre andaba lamentándose. "Triste suerte. Ser africano y trabajar de negro. Eso me convierte en el blanco de todos los chistes fáciles."
viernes, 24 de octubre de 2008
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