- Opositor: Buenos días
- Administrativa: Buenos días, ¿qué se le ofrece?
- O: Quería saber cuándo van a corregir los exámenes de la bolsa de trabajo del pasado domingo.
- A: Pues no lo sabemos mire usted.
- O: Es que me corre prisa saber la nota.
- A: Pero es que estamos muy agobiados de trabajo, ya sabe.
- O: Ya comprendo, pero es que si no empiezan ya, creo que voy a hacer una masacre de sangre en este mismo instante.
- A: Espere un segundo que le pregunto a la jefa de la secretaría.
- O: Gracias, es muy amable. ¿Espero en la ventanilla o me siento en la silla?
- A: Siéntese, no tiene sentido que espere de pie.
- O: Gracias.
El opositor se sienta en una silla con el Kalashnikov y las cananas mientras espera a la jefa de la secretaría. A los dos minutos aparece y se acerca hacia él. Le apunta con el arma.
- Jefa: Buenos días
- Opositor: Buenos días.
- J: Me han comentado que está muy interesado en saber las notas de examen de la bolsa de trabajo del pasado domingo, por tema de una masacre caníbal o algo así.
- O: Sí, más o menos. Me corre prisa saberlas, pero la masacre no sería caníbal, sería una masacre a secas, con muchos tiros, como esas de los Institutos de Estados Unidos.
- J: Pues es que no sabemos nada sobre los exámenes, eso creo que es función de decanato. Si quiere usted ir a decanato está en la segunda planta.
- O: Pues gracias por la atención. Ahora mismo voy para allá.
- J: Suba por las escaleras de la derecha y pregunte al Auxiliar de Control.
- O: Gracias, hasta luego.
- J: De nada, un placer. Adiós.
Pronto la segunda entrega de la conversación.
¿Las kananas son puro fetiche, son ornamento o son rekurso narrativo? No me keda klaro.
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